Esta entrenadora tuvo un derrame cerebral a los 36 años
Por Tate Gunnerson, American Heart Association News
Jessica Díaz estaba sorprendida. A medida que tomaba clases de barre –una combinación de yoga, pilates y ballet donde usaba pesas de 2 libras– su cuerpo se transformó. Y a diferencia de los otros ejercicios en grupo, cuando terminaba la clase, se sentía más energizada que agotada.
Todo eso cambió con el nacimiento de su segundo hijo. Había aumentado 80 libras durante el embarazo y sentía que los programas de ejercicio no se adaptaban a las mujeres que habían dado a luz recientemente. Fue entonces que se dio cuenta que había un nicho por llenar.
Díaz se convirtió en instructora certificada y comenzó a enseñar barre en línea y en un estudio en Boston. Después de aproximadamente un año, había perdido el exceso de peso. Al poco tiempo, se puso más en forma que nunca.
Entonces, lo que pasó después de enseñar una clase una mañana fue desconcertante.
Díaz se estaba bañando cuando sintió un dolor punzante en el lado izquierdo del cuerpo. Sintió debilidad en el brazo izquierdo. Tenía una sensación de hormigueo en la pierna. Apenas podía levantar las piernas para salir por el lado de la tina. Entonces, le comenzó un dolor de cabeza intenso. "Era 10 veces peor que cualquier migraña que había tenido", dijo ella.
Esperó varias horas para ver si los síntomas se aliviaban. Finalmente, se dirigió a la sala de emergencia. Los médicos determinaron que había sufrido un derrame cerebral. "Pensaba que los derrames cerebrales solo ocurrían en personas mayores o personas muy enfermas", dijo ella. "Me tardé un tiempo antes de procesar que había tenido un derrame cerebral a los 36 años".
Díaz le preguntó al médico cuándo podía regresar a casa. De acuerdo con los síntomas, el doctor calculó que, entre la hospitalización y rehabilitación, se tardaría unas cinco semanas. Preocupada por su esposo, Charles, y sus dos hijos pequeños, Díaz se puso a llorar.
Su situación cambió rápidamente. Cuando se despertó la mañana siguiente, sus síntomas habían desaparecido. Después de solo cuatro noches en el hospital, Díaz regresó a casa.
Los estudios revelaron la causa probable de su derrame cerebral, dos problemas que no se habían manifestado desde que había nacido.
Uno de ellos era una mutación genética que hace que se formen coágulos de sangre con mayor facilidad. A esta mutación se le llama el factor V Leiden. El otro problema era un agujero en el corazón que se suponía que debía cerrarse después de nacimiento, pero no se cerró; este agujero se denomina foramen oval permeable, o FOP. Al combinarlos juntos, los médicos creen que probablemente se escapó un coágulo de sangre por el agujero y llegó al cerebro, donde causó el derrame cerebral.
Unos meses después, los médicos repararon el FOP implantando una cubierta de malla. Después del procedimiento, los médicos le aconsejaron tomarlo suave por unos meses para evitar que se desgarrara la malla. No tuvieron que convencerla mucho.
Además de ese temor, le preocupaba que volviera a tener otro derrame cerebral. Por ejemplo, unos días después de su cirugía, se sintió mareada y comenzó a sentir dolor de cabeza y hormigueo en la pierna izquierda. Llamó al 911 y pasó varias horas en la sala de emergencia. Los médicos le informaron entonces que probablemente estaba experimentando ansiedad.
A la Dra. Natalia Rost, su neuróloga vascular y de derrames cerebrales, se le ocurrió una idea de cómo Díaz podría recuperar el control de su narrativa personal. Consistía en oír las historias de otros sobrevivientes de derrames cerebrales en un evento de la American Heart Association.
Díaz fue, aunque algo reacia. Resultó que era lo que Rost deseaba. "Me pareció increíble cómo las historias que oía de las otras personas eran parecidas a la mía", dijo Díaz. "Eso me ayudó mucho".
Desde entonces, su misión ha sido ayudar a otras personas. Ha asistido a varios eventos de Go Red for Women de la AHA, dirigió sus propios eventos de recaudación de fondos y compartió su historia en programas locales de televisión y en las redes sociales. Un día, recibió una llamada de una mujer en su vecindario quien le dijo que había visto su historia. Ella había tenido los mismos síntomas y sabía de llamar al 911 cuando tuvo un derrame cerebral. Desde entonces, se había estado recuperando en casa y quería que Díaz supiera cómo ella la había ayudado.
"Eso fue un momento crucial para mí", dijo Díaz. "Supe que tenía que seguir compartiendo mi historia".
En noviembre de 2021, Díaz testificó virtualmente ante la Cámara de Representantes de Massachusetts en apoyo de un proyecto de ley que permitiría a los paramédicos transportar a los pacientes que parecieran tener un derrame cerebral a un hospital certificado en derrames cerebrales, en lugar de ir a uno más cercano, independientemente de si el hospital está equipado para cuidar de pacientes con un derrame cerebral.
Díaz dijo que colaboró con su representante estatal en una legislación que requerirá a los médicos de Massachusetts hacerles pruebas a las mujeres para detectar el factor V Leiden antes de recetar píldoras anticonceptivas, las cuales pueden aumentar el riesgo de formación de coágulos de sangre. Aunque la legislación no ha sido aprobada, ella se siente orgullosa de haber creado conciencia sobre la afección.
Cada vez que cuenta su historia, Díaz ayuda a informar a las personas que cualquier persona a cualquier edad puede tener un derrame cerebral.
Rost dijo que a pesar de todas las campañas durante décadas para crear conciencia sobre los síntomas de un derrame cerebral, la gente a menudo aún no reconoce los signos, los cuales pueden consistir en rostro caído, debilidad o entumecimiento en un lado del cuerpo, arrastrar las palabras o dificultad para encontrar las palabras adecuadas, mareos, pérdida de la visión o dificultad para caminar.
"Les aconsejo a las mujeres jóvenes, que si sienten una sensación extraña en el cuerpo que nunca han sentido antes o si les parece que algo anda mal, no esperen en buscar ayuda", dijo Rost. "Tienes que abogar por ti misma".
Díaz, quien ahora tiene 46 años, cree que su derrame cerebral fue un momento decisivo en su vida. Ahora está centrada en su salud y bienestar en general, manteniéndose en forma y cuidando su alimentación. "Tomo decisiones que se basan en cómo nutro mi cuerpo y mi peso no ha cambiado", dijo ella. "Cómo te ves no tiene nada que ver con lo saludable que estás o lo bien que estás".