Para las personas que envejecen solas, los expertos aconsejan planificar para su cuidado a largo plazo
Por Laura Williamson, American Heart Association News
Eduardo Galván hace ejercicio seis días a la semana durante por lo menos una hora. También sigue una dieta saludable. Además, está pensando algún día mudarse de su condominio de dos pisos en Ann Arbor, Michigan, a una vivienda de un solo piso, porque, aunque ahora goza de buena salud a los 59 años, algo que no tiene es a alguien que lo cuide si acaso deja de tenerla.
"Temo que si algo me pasa, como algún tipo de enfermedad crónica, no podré manejarla", dijo Galván, quien se describe a sí mismo como un "solitario" y vive solo, sin un cónyuge ni hijos adultos, pero con un historial familiar que incluye enfermedades cardíacas, diabetes y presión arterial alta. "Por eso hago tanto ejercicio".
Los adultos mayores sin hijos tienden a vivir solos en comparación con sus pares que tienen hijos, según un informe de la Oficina del Censo de 2021. El informe encontró que 15.2 millones adultos –casi 1 de cada 6– de 55 años o más no tenían hijos, y 22.1 millones vivían solos, una tendencia que ha ido aumento en los últimos años.
Dado que más del 27% de los adultos en Estados Unidos tienen múltiples enfermedades crónicas –un número que se espera que crezca considerablemente en las próximas dos décadas– los expertos dicen que los adultos mayores enfrentarán una necesidad cada vez mayor de servicios de asistencia. A medida que se agregan padecimientos médicos, la capacidad de los adultos mayores de realizar tareas básicas, como el mantenimiento del hogar o actividades diarias como cocinar, ir a citas médicas, manejar múltiples medicamentos e incluso vestirse, bañarse y usar el inodoro, puede disminuir.
"Cuando estás solo, estos desafíos se amplifican", dijo la Dra. Karen Roberto, profesora universitaria distinguida que se especializa en gerontología en el Virginia Tech Center for Gerontology en Blacksburg, Virginia. "La seguridad es, primero que nada, lo más importante. La propensión para caerse es mayor, por ejemplo, y hay consecuencias relacionadas con eso cuando se vive solo".
Por lo general, la gente recurre a la ayuda de un cónyuge o un hijo adulto, dijo la Dra. Courtney Van Houtven, profesora en el departamento de ciencias de salud de la población en la Universidad de Duke en Durham, Carolina del Norte. "Si no tienen eso, encontrar a alguien que les permita permanecer en sus hogares de manera segura puede ser un verdadero desafío. Pero en última instancia, se trata de tener un plan".
Pero la mayoría de la gente no hace eso, agregó ella. Según el Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos, la probabilidad de que los adultos de 65 años o más necesiten algún tipo de atención a largo plazo es de un 70%, ya sea en sus propios hogares o en una instalación de servicios de vida asistida. Sin embargo, solo 7.5 millones de adultos en Estados Unidos –menos del 3% de la población– tienen seguro de atención a largo plazo que cubra a un asistente de salud en el hogar o una instalación de servicios de vida asistida. "Piensan que no les a pasar a ellos", dijo Van Houtven.
Para las personas de muy bajos recursos, el programa Medicaid cubre muchos costos de la atención a largo plazo, comentó ella. Según el estado, esta atención puede ser en un hogar para ancianos o por medio de servicios a domicilio o basados en la comunidad. Medicaid es la organización que proporciona la mayor cantidad de fondos para los servicios de atención a largo plazo en los Estados Unidos. Pero la mayoría de la gente depende de cuidadores no remunerados, como un familiar o amistades.
Es más probable que las personas que envejecen solas, como Galván, planifiquen, ya que saben que no tienen a nadie que las ayude, agregó Van Houtven.
"A veces inventan soluciones creativas que no cuestan dinero", dijo ella. "Cada vez se oye más de la gente se muda para estar cerca de sus amistades y poder tener apoyo". Otras personas optan por compartir una vivienda con otras personas o le alquilan una habitación a un estudiante universitario que las ayude con las tareas del hogar.
Mantenerse conectado socialmente puede ser útil, dijo Roberto. Las personas que no tienen redes sociales estrechas cuentan con menos personas para pedir ayuda cuando la necesitan. Y se ha demostrado que existe una relación entre el aislamiento social y la soledad con peores estados de salud, así como una mayor incidencia de ataque o derrame cerebral y enfermedades cardíacas junto con mayores niveles de estrés y depresión.
Las amistades, los vecinos, los miembros de las iglesias u otras personas en la comunidad pueden brindar apoyo cuando no hay familiares que puedan hacerlo, dijo Roberto. "No puedo enfatizar más el valor y la importancia de las amistades en la salud física y el bienestar. Si se encuentra solo, reanude antiguas amistades o cree algunas nuevas. Si ha sido una persona solitaria la mayor parte de su vida, es probable que no cambie cuando llegue a los 70 años. Pero no es necesario tener lazos estrechos con amigos, sino mantenerse involucrado en la comunidad".
Roberto recomienda que las personas sin apoyo hagan un inventario del tipo de servicios disponibles en sus comunidades, junto con los costos asociados, antes de que los necesiten. Las organizaciones que se ocupan de los envejecientes, los centros de personas mayores, las iglesias y otras organizaciones pueden proporcionar transporte, comidas, equipo médico para el hogar, ayuda con los quehaceres del hogar y otros tipos de apoyo para permitir que las personas permanezcan en sus hogares con mayor seguridad.
"No es posible planificar para todas las eventualidades, pero puede estar informado sobre lo que ofrece tu comunidad", dijo Roberto. "La gente a menudo no piensa en necesitar ayuda hasta que realmente la necesitan".