Las personas en vecindarios discriminados pueden ser menos probables de recibir RCP por transeúnte
Por Laura Williamson, American Heart Association News
Las personas que viven en los vecindarios que fueron sometidos a la práctica histórica de la "línea roja", conocida en inglés como "redlining", podrían tener menos probabilidad de recibir atención que les salve la vida de parte de un transeúnte durante un paro cardíaco que las personas en otros vecindarios, sugiere una nueva investigación.
Entre mayor la magnitud del "redlining", menor la probabilidad de recibir RCP por transeúnte, mostró el estudio. Las conclusiones serán presentadas el sábado durante la conferencia científica Scientific Sessions de la American Heart Association, en Filadelfia. Se consideran preliminares hasta que se publiquen los resultados completos en una revista evaluada por colegas.
"Este estudio nos muestra cómo las desigualdades estructurales en la vivienda, los ingresos y la educación se traducen en desigualdades en la salud", dijo la Dra. Marina Del Rios, profesora asociada de medicina de emergencia en la Facultad de Medicina Carver de la Universidad de Iowa, en Iowa City.
"Es también un recordatorio de que el sector del cuidado de la salud no puede trabajar de forma aislada", dijo Del Rios, quien no participó en la investigación. "Necesitamos trabajar con los líderes comunitarios, con los que formulan las políticas y con los médicos para abordar el racismo estructural, o de lo contrario estas desigualdades en la salud persistirán".
El paro cardíaco ocurre cuando el corazón deja de latir súbitamente. Cada año en los Estados Unidos más de 350,000 personas sufren un paro cardíaco fuera del hospital. Aproximadamente el 90% de ellas no sobrevive. Las personas que reciben atención médica rápida, incluso RCP administrada por testigos o por personal médico de emergencia, tienen la mayor probabilidad de supervivencia. Los estudios muestran que recibir RCP inmediata puede duplicar o triplicar la probabilidad de supervivencia de una persona.
Las investigaciones previas han mostrado que los vecindarios predominantemente negros, hispanos y de bajos ingresos tienen menores tasas de RCP por transeúnte, con menores índices de supervivencia de paros cardíacos que ocurren fuera del hospital. El nuevo estudio analizó paros cardíacos que ocurrieron en vecindarios sujetos a la práctica de segregación histórica llamada "redlining".
Esa práctica es ilegal en la actualidad y apareció durante la década de los años 1930, cuando se establecieron hipotecas aseguradas por el gobierno de Estados Unidos para estimular la economía tras la Gran Depresión. La extinta Home Owners' Loan Corporation federal trazó mapas con códigos de colores que clasificaban a los vecindarios según su valía para los préstamos. Los vecindarios predominantemente negros eran coloreados en rojo, con una clasificación baja, conducente a que a sus residentes se les negaran los préstamos gubernamentales. Los mapas calificaron a los vecindarios como "mejor", "todavía deseable", "en declive" y "peligroso".
En el estudio, los investigadores analizaron la respuesta de RCP por transeúnte ante 43,186 paros cardíacos presenciados por adultos entre los años 2013 y 2021 en las áreas de censo incluidas en los mapas históricos codificados con colores.
En general, los transeúntes brindaron RCP al 37% de los paros cardíacos presenciados. Las tasas de RCP por transeúnte disminuyeron junto con la clasificación del vecindario. Entre las personas que tuvieron paros cardíacos en vecindarios históricamente clasificados como "mejores" para las hipotecas, el 42% recibió RCP de un testigo, en comparación con el 36% de aquellos que sufrieron un paro cardíaco en vecindarios que habían sido clasificados como "peligrosos".
El Dr. Sadeer Al-Kindi, el investigador sénior del estudio, dijo que la nueva investigación destaca lugares donde se necesita educación y entrenamiento que animen a las personas a proporcionar atención que puede salvar vidas. "El estudio identifica áreas en Estados Unidos en las que repercute la falta de administración de RCP por transeúnte", dijo Al-Kindi, director asociado de Prevención y Bienestar Cardiovascular en el Centro Cardíaco y Vascular DeBakey de Houston Methodist en Texas. "Esas son las áreas en las que realmente queremos enfocarnos".
Después de realizar ajustes para tomar en consideración la edad, los ingresos medios del hogar, el porcentaje de residentes negros y otros factores que podrían haber afectado los resultados, los investigadores encontraron que las probabilidades de RCP por transeúnte seguían siendo 14% menores en los vecindarios "peligrosos" en comparación con las de aquellos en los vecindarios clasificados como "mejores".
"Esa es una diferencia muy, muy grande", dijo Al-Kindi, quien señaló que esperaba ver tasas más bajas de RCP por transeúnte en las áreas enmarcadas por la línea roja porque las investigaciones previas han arrojado disparidades en los vecindarios negros y de bajos ingresos. Pero no esperaba una brecha tan amplia.
"Hay necesidad imperiosa de entrenamiento dirigido en RCP en las comunidades dentro de las líneas rojas", dijo Del Rios. Más allá de no saber qué hacer, algunas personas tal vez dudan en dar el paso al frente porque no confían en el sistema médico de emergencia o temen que se les haga responsable si algo sale mal. Del Rios dijo que el entrenamiento dirigido debe abordar estas barreras y enfatizar que existen leyes de Buen Samaritano para proteger a las personas que intervienen para brindar atención que salva vidas.
Si un adolescente o adulto colapsa de repente, llama inmediatamente al 911 y comienza a administrar RCP presionando en el centro del pecho a un ritmo de 100 a 120 veces por minuto. Los operadores del 911 también pueden guiar a los rescatistas por el proceso de la RCP, aunque Del Rio dijo que hay muchas comunidades que carecen de RCP asistida por un despachador. Y no todos los centros de llamadas del 911 tienen despachadores que hablen español.
Los despachadores también necesitan entrenamiento sobre cómo interactuar con las personas indecisas, dijo Del Rios. "Tenemos que entrenar a los despachadores para que se comuniquen mejor con las personas que llaman", dijo ella. "No se trata tan solo de dar instrucciones. Ellos también tienen que asegurarse de que puedan abordar las preocupaciones de sus interlocutores y tienen que ser capaces de ayudar a las personas a entender que comenzar la RCP es algo bueno, que no pondrán a la persona en riesgo y que no se les exigirá responsabilidad".