Las uvas pueden traer buena salud en el nuevo año, y buena suerte también
Por Lucien Chauvin, American Heart Association News
Las celebraciones para recibir el año nuevo son tan variadas como coloridas, peculiares y, a menudo, sabrosas.
Una tradición latinoamericana consiste en que las personas que desean viajar den vueltas por la manzana con una maleta, mientras que una costumbre nórdica lleva a otros a romper platos para atraer la buena suerte. Algunas personas queman efigies para despedir el año, mientras que otras ponen monedas en sus zapatos para alentar la llegada de dinero. Muchas personas se ponen ropa interior de diferentes colores para promover una vida más saludable, feliz y próspera, e incluso, amor y pasión.
Una tradición que se origina en España, o tal vez en Francia, se ha ido aceptando cada vez más alrededor del mundo: comer 12 uvas a la medianoche, una con cada campanada del reloj.
Comer uvas en la víspera de Año Nuevo supuestamente hace que nuestros deseos se vuelvan realidad, pero si lo que queremos es mejorar nuestra salud, disfrutar de esta pequeña y redonda fruta sería bueno hacerlo el 31 de diciembre y todos los días también.
Las uvas –ya sean enteras, en jugo, como pasas o las semillas– se conocen como un superalimento por sus propiedades que contribuyen a la salud cardíaca y del cerebro. Por ejemplo, la investigación clínica ha demostrado que los componentes que se encuentran en las uvas pueden ayudar a bajar el colesterol. Las uvas también pueden ser beneficiosas para la vista y el funcionamiento del hígado.
La fruta contiene abundantes vitaminas, incluso A, C, D, E, K, B-1, B-2 y B-6, y varios minerales, como el cobre y el manganeso. Las uvas y las pasas proporcionan potasio, que puede ayudar a mantener controlada la presión arterial. Media taza de pasas tiene más potasio que un plátano o banana mediano. Las uvas rojas y blancas, y el jugo y vino preparados de ellas, contienen niveles elevados de resveratrol, un antioxidante y antiinflamatorio.
"La amplitud de beneficios para la salud es tan vasta –cardiovascular, para el cerebro, la vejiga, el colon– que es casi interminable", dijo el Dr. John Pezzuto, decano de la Facultad de Farmacia y Ciencias de la Salud de la Universidad de Western New England en Springfield, Massachusetts.
Dados todos los beneficios, no debe sorprendernos por qué el consumo de uvas ha ido aumentando en Estados Unidos. El consumo per cápita era de 10.1 libras en 2022, en comparación con 9.4 libras en el 2021 y 8 libras en el 2020, según la Comisión de Uva de Mesa de California. El estado de California produce el 99% de las uvas de mesa que se consumen en Estados Unidos.
Arlen Vanessa Marín, una dietista-nutricionista certificada en Miami, dijo que las uvas son una buena adición a una dieta balanceada. Pero lo que las distingue de otras frutas puede ser el resveratrol, que algunos estudios indican que puede reducir el colesterol y bajar la presión arterial. "La ciencia tiene que investigar esto más a fondo", comentó ella.
Es ahí donde Pezzuto se ha concentrado. Una gran parte de su investigación y su trabajo publicado se ha centrado en las uvas.
El trabajo más reciente de Pezzuto se ha concentrado en los fitoquímicos, compuestos producidos por las plantas para ayudarlas a protegerse contra las enfermedades, y el microbioma, las bacterias y los hongos que se encuentran en y dentro del cuerpo humano, además de la expresión genética. Las uvas tienen más de 1,600 fitoquímicos.
En términos básicos, su trabajo postula que el consumir uvas hace que cambie el microbioma, y los efectos hacen que los humanos sean más robustos.
"Hay una expresión famosa que dice que somos lo que comemos. Lo que hemos hallado es que lo que comemos en efecto cambia nuestra genética", comentó él. "Creo que apenas estamos empezando a reconocer el poder de la dieta, y, para mí, todo esto comenzó examinando las uvas".
Las uvas no solo nos benefician por dentro, sino que también podrían ser buenas para nosotros por fuera. Un estudio de 2022 dirigido por Pezzuto y publicado en la revista Antioxidants halló que comer uvas puede ayudar a proteger la piel contra el daño de los rayos ultravioleta.
Marín advierte que, aunque las uvas son muy buenas, tienen mucha azúcar: una taza de uvas puede tener unos 15 gramos de azúcar natural, y las pasas tienen más todavía. Hay que tener en cuenta esto, especialmente si la persona tiene diabetes.
Entonces, considera comerte una merienda junto con una docena de uvas en la víspera de Año Nuevo.
"Cuando comemos uvas, es bueno hacerlo junto con una grasa o proteína saludable para que no suba rápidamente el azúcar en la sangre", dijo Marín. "Puedes combinar uvas con almendras o un poco de queso para controlar aumentos bruscos de azúcar en la sangre".