¿Cuál es la relación entre el asma y la salud del corazón?
Por Thor Christensen, American Heart Association News
Aunque el corazón y los pulmones son vecinos en nuestro pecho, la gente podría pensar en ellos como entidades separadas con problemas independientes.
Sin embargo, cada vez hay más evidencia que indica que el asma –uno de los trastornos pulmonares más comunes– es un factor de riesgo para las enfermedades cardiovasculares.
El asma es una enfermedad crónica grave donde las vías respiratorias se encuentran inflamadas, a menudo a causa de desencadenantes específicos. Afecta a cerca de 25 millones de personas en los Estados Unidos, incluidos a casi 5 millones de niños, y causa millones de consultas médicas anuales y visitas a las salas de emergencia.
Se caracteriza por tres cambios importantes que ocurren en las vías respiratorias: inflamación, moco y obstrucción, dijo la Dra. Tyra Bryant-Stephens, pediatra en el Children's Hospital of Philadelphia y directora médica del Programa Comunitario para la Prevención del Asma. "Tratamos de controlar la inflamación y el moco, que es mucosidad, porque eso es lo que hace que las vías respiratorias se contraigan cuando enfrentan ciertos irritantes o alérgenos".
Varios estudios indican que las personas con asma pueden enfrentar un mayor riesgo de presentar una variedad de problemas relacionados con el corazón. Un análisis, publicado en la revista médica CHEST en 2020, dio seguimiento a ciertos participantes durante más de 35 años y halló que hay una relación entre el asma y un mayor riesgo de presentar una enfermedad cardiovascular, después de ajustar ante otros factores. Un estudio de 2022 en la revista Journal of the American Heart Association mostró que los participantes con asma persistente tenían mayores puntuaciones de placa en la carótida y mayores niveles de biomarcadores inflamatorios que las personas sin asma. Hay una arteria carótida que pasa a ambos lados del cuello, y una puntuación alta de placa en estas arterias es un pronosticador importante de derrames cerebrales a causa de coágulos y problemas cardiovasculares mayores.
El Dr. Nizar Jarjour, quien fue un coautor del estudio de JAHA, dijo que todavía hay muchas preguntas sobre la relación entre el asma y las enfermedades cardiovasculares.
"Si tratamos el asma y mejoramos los síntomas de asma, ¿qué pasa con la salud cardiovascular? ¿Qué pasa con la salud del cerebro? ¿Mejoran? ¿O tal vez no?", dijo Jarjour neumólogo y jefe de medicina de alergias, enfermedades pulmonares y cuidados críticos en la Universidad de Wisconsin en Madison.
Los científicos saben que el asma y las enfermedades cardiovasculares comparten un vínculo: la inflamación. Los pulmones agregan oxígeno a la sangre, la cual bombea el corazón al resto del cuerpo. Es posible, dijo Jarjour, que la inflamación en los pulmones "se transporta en la sangre y pasa al resto del cuerpo y (afecta) la salud del cerebro y la salud cardiovascular".
Con el tiempo, la inflamación crónica en las vías respiratorias puede dañar los vasos sanguíneos y provocar hipertensión, dijo Bryant-Stephens. Además, esta inflamación se ha asociado con la acumulación de placa en las arterias, lo que aumenta el riesgo de un ataque cardíaco o derrame cerebral, dijo ella.
Muchas personas con asma encuentran alivio con medicamentos administrados a través de un inhalador o en tabletas. La gente con asma persistente generalmente usa medicamentos a diario para controlar sus síntomas y prevenir ataques de asma. Sin embargo, algunos han cuestionado si los medicamentos pueden influir en el efecto negativo del asma sobre la salud cardiovascular.
"Esa es la pregunta del millón", dijo Jarjour. "El problema es que no es éticamente posible realizar estudios en pacientes con asma persistente sin que reciban tratamiento con medicamentos adecuados".
Al igual que muchos problemas de salud, incluidas las enfermedades cardiovasculares, el asma no afecta a todas las personas por igual. Un informe de 2020 de la Asthma and Allergy Foundation of America indicó que múltiples estudios han demostrado que la carga del asma recae desproporcionalmente sobre la población de raza negra, los latinos e hispanos, los indígenas estadounidenses y los nativos de Alaska.
"Es una disparidad considerable en salud que realmente se tiene que abordar", dijo Jarjour. "Y es difícil desenredar los diversos aspectos de estas disparidades ya que hay muchos (factores de riesgo) que vienen cuando se vive con desventajas socioeconómicas, como pobreza, el estrés o vivir cerca de una carretera o tener un trabajo que te expone a la contaminación".
Los profesionales médicos que tratan a pacientes con asma les aconsejan evitar los desencadenantes externos, como el polen, el moho, los ratones y las cucarachas, así como las fuentes de contaminación del aire, como la niebla tóxica, el ozono y el humo de las parrillas de carbón, los incendios de leña y los cigarrillos.
Las condiciones climáticas también pueden empeorar el asma, especialmente si haces una actividad vigorosa afuera cuando hace demasiado calor o demasiado frío, o si el aire es particularmente húmedo o seco, dijo Jarjour.
"Nuestros cuerpos están acostumbrados a acondicionar el aire que respiramos a la temperatura normal del cuerpo de 98.6 grados y a un nivel de humedad adecuado", comentó él. "Si nos alejamos mucho de eso ya sea hacia arriba o hacia abajo, agregamos más estrés a los bronquios, lo cual puede estimular la constricción de los mismos".
El cambio climático puede empeorar el asma y las enfermedades cardiovasculares. Según un estudio de 2023 en la revista Circulation de la AHA, se podrían duplicar las muertes cardiovasculares a causa de calor extremo en Estados Unidos para el año 2050. Aunque pocos estudios han analizado el posible efecto del calentamiento climático sobre el asma, Bryant-Stephens comentó que un aumento en el número de días calurosos y húmedos definitivamente afectará la respiración y alargará la temporada del polen, "entonces veremos un aumento en el número de casos respiratorios agudos".
Aunque no hay una cura para el asma, se puede controlar. "Es emocionante ver lo mejor que estamos controlando los síntomas en comparación de como lo hacíamos hace 30 años," dijo ella.
Sin embargo, es imposible controlar el asma si no sabemos que la padecemos, agregó Bryant-Stephens.
"He oído a padres y abuelos decir muchas veces, 'Oh, no tengo asma. Tengo bronquitis'. Y cuando les pregunto sobre sus síntomas durante el transcurso de sus vidas, es de hecho asma", comentó ella. "Si sufres de tos recurrente, especialmente si te ocurre cuando cambia el tiempo, mi consejo es pedirle a tu médico que te haga una prueba de detección de asma".
Bryant-Stephens también dijo que es vital que los adultos controlen su asma, aunque estén lidiando con otros problemas difíciles de salud.
"Cuando la gente se concentra en las enfermedades del corazón, el asma tiende a pasar a un segundo nivel", dijo ella. "Pero es importante que controles bien tu asma y lo trates lo mejor posible, porque eso ejercerá menos presión sobre el corazón desde la perspectiva respiratoria".