5 cosas que los padres deben saber –y hacer– para mantener saludables el corazón de sus hijos
Por Laura Williamson, American Heart Association News
![MoMo Productions/DigitalVision a través de Getty Images](/-/media/Images/News/2025/February-2025/0213ParentsNeedtoKnow_SC--SPANISH.jpg?sc_lang=en)
Mantener a los niños sanos puede ser una tarea enorme. Desde el día en que nacen sus hijos, los padres los llevan y los traen a los consultorios médicos y hacen que les refuercen sus sistemas inmunológicos, les limpien sus dientes, les revisen sus ojos y les descongestionen sus narices.
Pero los expertos dicen que hay una parte del cuerpo que los padres y los profesionales del cuidado de la salud podrían estar pasando por alto: el corazón.
"Como pediatra, me preocupa mucho que no se le presta suficiente atención al creciente problema de los riesgos de enfermedad cardiovascular en los niños y los jóvenes", dijo la Dra. Mona Sharifi, directora de pediatría general de la Facultad de Medicina de Yale en New Haven, Connecticut. "Tenemos que pensar en mantener sus corazones sanos".
La enfermedad cardiovascular y el derrame cerebral por lo general se consideran problemas de adultos. Pero un creciente número de investigaciones vincula los eventos cardiovasculares que ocurren a mediana edad a factores de riesgo –como obesidad, presión arterial alta, colesterol alto y fumar– que comienzan a desarrollarse décadas antes, en la infancia.
Algunas afecciones, como la presión arterial alta, incluso están apareciendo en la infancia y en la adolescencia. Como resultado, los expertos en salud recomiendan un mayor monitoreo de los riesgos cardiovasculares de los niños e intervenciones tempranas para controlarlos tan pronto como surjan.
"De forma ideal, los padres deben pensar acerca de la salud cardíaca de sus hijos incluso antes de que nazcan", dijo la Dra. Amy Peterson, profesora de pediatría en el departamento de cardiología pediátrica de la Universidad de Wisconsin en Madison.
Los estudios muestran que la salud de la mamá durante el embarazo puede afectar la salud cardiovascular de su hijo, tan temprano como en la adolescencia y hasta bien entrada la adultez. Por ejemplo, la obesidad materna puede aumentar para su progenie el riesgo de enfermedad cardíaca, derrame cerebral y diabetes en la adultez, lo que también sucede cuando la madre tiene presión arterial alta o diabetes.
"El comienzo de lo que consideramos enfermedad cardíaca en adultos tiene sus raíces en la niñez o incluso antes, incluso en el vientre", dijo Peterson. "Nunca es demasiado temprano para comenzar a pensar en eso".
Para prevenir afecciones cardíacas futuras en sus hijos, las mujeres embarazadas deben "asegurarse de comer alimentos saludables y de mantenerse físicamente activas, siempre que el médico haya dicho que es seguro hacer esto", dijo Peterson.
Llevar una dieta saludable y mantenerse activo son dos de las ocho métricas para la buena salud cardiovascular indicadas en Life's Essential 8, o los 8 pasos esenciales para la salud, de la American Heart Association. Las otras son dormir lo suficiente, no fumar, mantener un peso saludable y mantener los niveles de colesterol, glucosa en la sangre y presión arterial dentro de rangos saludables. Adherirse a todos estos pasos ayuda tanto a la madre como al niño, dijo Peterson.
"Todo lo que hace más sana a la madre por lo general hace más sano al bebé", dijo ella.
Una vez que los niños nacen, los expertos dicen que seguir estas métricas puede ayudarlos a mantener una buena salud cardiovascular que podría durar hasta bien entrados en la adultez. Ellos sugieren que los padres adopten estas medidas.
1. Sé un modelo de alimentación saludable
Familiarizar a los niños con buenos hábitos de alimentación y con una amplia gama de alimentos saludables puede servir de mucho para ayudarlos a mantener un peso saludable y una buena salud cardiovascular, dijo Peterson. La investigación muestra que los patrones dietéticos establecidos durante la niñez a menudo continúan en la adultez.
Al igual que lo hacen para los adultos, las pautas dietéticas federales para niños y adolescentes estimulan una dieta rica en frutas y verduras de hoja verde, frijoles, guisantes, lentejas, granos enteros, carnes magras y mariscos. Sin embargo, según datos federales, los niños en Estados Unidos tienen una dieta de mala calidad, la cual se deteriora a medida que llegan a la adolescencia.
Al final de la adolescencia, los niños solo están recibiendo la mitad de las frutas y verduras que necesitan, y consumen en exceso alimentos ricos en almidón, como el maíz y las papas. Los niños de todas las edades consumen cantidades excesivas de azúcar, grasas saturadas y sodio. También están aumentando demasiado peso.
Aproximadamente 1 de cada 5 niños y adolescentes tiene obesidad, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. La obesidad en la niñez ha sido vinculada a problemas de salud, como presión arterial alta y colesterol, diabetes, enfermedad hepática y trastornos emocionales, dijo Sharifi. "Todas estas cosas van juntas y, francamente, están robando años de vida".
Comer más saludable, mantenerse activo y mantener un peso saludable puede mejorar la salud cardiovascular y ayudar a prevenir otros factores de riesgo. Pero no hacer esto tiene el efecto opuesto, dijo Sharifi. "Desafortunadamente, estamos viendo tasas más altas de obesidad infantil y de todas las afecciones relacionadas con la misma. Cuando eres joven, los cambios pequeños, como sustituir las bebidas deportivas azucaradas y los jugos por agua, pueden tener un gran impacto sobre la salud".
Peterson dice que no basta con ofrecer a los niños opciones de alimentos saludables. Los padres tienen que ser modelos de buenos patrones de alimentación.
"Los padres me preguntan cómo pueden hacer que sus hijos coman verduras", dijo ella. "Yo les pregunto qué comen, y me dicen que no les gustan las verduras. Nuestros hijos observan lo que hacemos. Si nos ven comer alimentos saludables y practicar actividad física con regularidad, es más fácil para ellos crear los mismos hábitos".
2. Mantente físicamente activo
La actividad física es clave para la buena salud cardiovascular, pero los niños no realizan suficiente ejercicio. Según la Oficina para la Prevención de Enfermedades y la Promoción de la Salud, solo 1 de cada 5 adolescentes en Estados Unidos cumple con las pautas de actividad física para actividades aeróbicas y de fortalecimiento muscular.
Las pautas federales recomiendan que los niños de 6 a 17 años realicen actividad física de intensidad moderada a vigorosa durante aproximadamente una hora diaria. Esto debe incluir principalmente actividades aeróbicas, así como algunas actividades para el fortalecimiento de huesos y músculos, adecuadas según la edad, como juegos en el parque infantil, levantamiento de pesas, uso de bandas de resistencia, correr o saltar la cuerda.
"Da a los niños oportunidades de que sus corazones latan más rápido durante al menos una hora al día, cada día", dijo Sharifi.
Moverse más ayuda a los niños a mantener un peso saludable. Pero la investigación muestra que la actividad física, incluso si no hace perder libras, reporta beneficios cardiovasculares, independientemente de la pérdida de peso. Mejora la forma física cardiorrespiratoria y reduce el riesgo de enfermedad cardiovascular.
3. Revisa la presión arterial y el colesterol
El colesterol alto y la presión arterial alta, o hipertensión, son dos grandes factores de riesgo para la enfermedad cardiovascular, y ambos pueden comenzar a desarrollarse temprano en la vida. Más aún, cuanto más tiempo estas mediciones permanezcan altas, más daño pueden hacer al cuerpo.
Debido a que la presión arterial y el colesterol pueden aumentar sin síntomas evidentes, los padres y los profesionales del cuidado de la salud podrían pasar por alto estas afecciones en niños y adolescentes, dijo Peterson. Deben ser monitoreados durante los exámenes de salud rutinarios.
"Uno podría pensar que un niño que come muchas frutas y verduras y hace ejercicio regularmente no tendrá estos problemas", dijo ella. "Pero incluso así es importante examinar, porque no hay otra forma de saber".
A los niños se les debe medir su colesterol al menos una vez entre las edades de 9 y 11 años y otra vez entre las edades de 17 y 21 años, según las pautas publicadas por la American Heart Association y el American College of Cardiology. La American Academy of Pediatrics recomienda que se mida la presión arterial de los niños anualmente, a partir de la edad de 3 años.
Comer una dieta saludable, practicar actividad física suficiente y dormir lo suficiente por lo general basta para mantener la presión arterial y el colesterol dentro de los rangos normales, dijo Peterson. Pero la realización de exámenes puede ayudar a identificar problemas no relacionados con la dieta, el ejercicio y el peso.
Si los niños tienen una predisposición genética al colesterol alto, se pueden recetar medicamentos, dijo ella. Los niños con presión arterial alta podrían necesitar exámenes adicionales para encontrar las causas, como problemas renales o defectos cardíacos congénitos. En ciertos casos, puede ser apropiado administrar medicamentos.
Independientemente de cuál sea la causa del problema, es importante detectar estas afecciones para poderlas atender, dijo Peterson.
"Si las ignoramos, y un niño tiene colesterol alto o presión arterial alta durante muchos años, esto causará daños a sus arterias más rápidamente y podrán ser propensos a la enfermedad cardíaca", dijo ella.
4. Reconoce los impulsores sociales de la salud
En algunas familias, el problema es mucho más complicado que realizar buenas selecciones acerca de lo que se come y cuánta actividad física se realice cada día, dijo Sharifi.
"No todo es acerca de las elecciones de estilo de vida", dijo ella. La genética y los impulsores sociales de la salud también influyen.
Por ejemplo, dice Sharifi, algunas escuelas no proporcionan suficientes oportunidades para que los niños se muevan durante el día. Las familias podrían vivir en vecindarios que carecen de lugares seguros para jugar después de la escuela y los fines de semana. Los vecindarios podrían carecer de acceso a atención médica de calidad, o a tiendas que vendan alimentos asequibles y saludables.
Además, las familias tal vez no tengan dinero suficiente para asegurarse de que sus hijos se alimenten adecuadamente, dependiendo de alimentos ultraprocesados que son menos caros y tienen mayor duración de almacenamiento. "Esto afecta la forma en que comes y la forma en que tu cuerpo retiene la nutrición y las calorías durante años", dijo Sharifi.
No tener suficiente para comer aumenta el estrés y dificulta el sueño para los niños, dijo ella. Un sueño reparador, un componente importante de una buena salud cardíaca, también puede ser más difícil para los niños si viven en entornos urbanos ruidosos. El tiempo de sueño recomendado es acorde con la edad, según la AHA: los niños de 6 a 12 años necesitan de nueve a 12 horas y los adolescentes de 13 a 18 años necesitan de ocho a 10 horas.
"En este momento, es difícil mantener nuestros niños sanos", dijo Sharifi. "Desafortunadamente, como padre, las probabilidades están contra ti. Necesitamos promover estilos de vida saludables, sin negar los desafíos que enfrentan las familias hoy en día".
Sharifi dijo que los profesionales médicos deben examinar a los niños para encontrar desafíos que podrían interferir con los comportamientos saludables, de forma que puedan ayudar a los padres a encontrar formas de abordarlos.
5. Habla de corazón a corazón acerca de la RCP
Enseñar a los niños sobre la buena salud cardíaca también significa enseñarles qué hacer si se encuentran con alguien que tiene una emergencia cardíaca, dijo Peterson. Algunas escuelas –incluso a nivel de escuela primaria– brindan clases sobre RCP solo con las manos, que enseñan a los niños a llamar al 911 y a aplicar compresiones torácicas mientras esperan a que llegue la ayuda. La mayoría de los estados requieren el aprendizaje de esta habilidad antes de que los estudiantes puedan graduarse de la escuela preparatoria o secundaria.
Sharifi, quien recientemente tomó una clase de RCP con su hija de 9 años, dijo que "los niños, a edades tempranas, son mucho más competentes de lo que creemos. Reconocemos que ellos tal vez no sean capaces de realizar las compresiones torácicas en adultos tan eficazmente cuando son jóvenes, pero pueden comenzar a tener el conocimiento".
Cada año en Estados Unidos, unas 350,000 personas sufren un paro cardíaco fuera de los hospitales, entre ellas 23,000 niños, según la AHA. Por lo tanto, los padres también deben aprender esta habilidad, dicen los expertos.
"Cuanto más eduquemos a la comunidad", dijo Sharifi, "mejor".